El proyecto se gesta a raíz de las consecuencias socioeconómicas que tuvo la pandemia en la Región Metropolitana. Producto de esta merma de recursos, debido a las cuarentenas decretadas, los primeros en acusar las consecuencias fueron los migrantes que sin red de apoyo familiar, ni económica y ninguna posibilidad de volver a sus países, se vieron obligados a volcarse a las calles, delante de sus Consulados, esperando por un vuelo de repatriación.
Delante del Consulado de Venezuela llegaron a juntarse más de 500 personas, familias enteras con bebés y adultos mayores con sus pertenencias en bolsas plásticas y sin ningún recurso para protegerse de las bajas temperaturas de los meses de marzo y abril. La ayuda empezó a llegar pero vimos que faltaba organización. Entonces surgió la idea de crear un centro profesional de acopio y distribución de donaciones, que permitiera maximizar su utilidad y no se desperdiciara nada. Así surge Núcleo Humanitario, nos juntamos un grupo de profesionales de la sociedad civil, muchos del ámbito de empresas B, que nos encontramos en la calle ayudando.
Actualmente tenemos un grupo de 17 personas contratadas que forman el equipo de cocina, liderado por el Chef Alexander Dioses, el equipo de bodega y logística. Rafael Boetsch, quien comenzó con todo esto, es el Presidente Ejecutivo y yo, Elena Martínez-Iñiguez, la directora ejecutiva. En el directorio contamos con el aporte de Juan Pablo Larenas, Cofundador de Sistema B Internacional quién se ha involucrado tanto en la ayuda directa al beneficiario como en su apoyo y gestión para armar la Fundación. También forma parte del Directorio Verónica de La Cerda, gerente General de TriCiclos, primera empresa B en obtener la certificación fuera de EEUU, quién aporta a título personal todo su expertise y buen hacer.
Parte fundamental de la Fundación es un grupo de 100 voluntarios que ofrecen su tiempo para cualquier actividad de Núcleo, preparación de proyectos, acompañamiento a personas de las Sociedades Base, campañas puntuales para el Día del Niño, Navidad, entre otras.
Hemos contado con el valioso apoyo de muchas Empresas B. Amoblé ha aportado con donaciones en dinero y especies (ahora mismo financiarán el amueblamiento de las oficinas de la nueva sede en Núcleo Ochagavía de Megacentro). Sus cinco socios -Consuelo Díaz, Isabel Donoso-Torres, Rafael Salvestrini, Felipe González, Benjamín Díaz y Cristián Abraham- jugaron un papel fundamental en el inicio de Núcleo y hoy, varios de ellos forman parte del Directorio.
Por su parte, Megacentro nos apoyó desde el día uno en la implementación del centro de acopio con racks de almacenamiento. Luego nos cedieron una bodega en Núcleo Ochagavía de forma gratuita por 12 meses, además de implementar un módulo de oficina. Actualmente desarrollan un voluntariado corporativo junto a nosotros, participando activamente en la distribución de comida que sale de nuestras cocinas a las ollas comunes que asistimos. Además, en cada centro de trabajo de Megacentro, instalamos una “Despensa Solidaria” para que los colaboradores puedan aportar en la recolección de alimentos. Hemos ido ahondando en la relación y hoy se han convertido en un partner fundamental de Núcleo. También la empresa Late ha colaborado con donaciones de artículos de higiene y aseo.
Todos quienes quieran, pueden colaborar con aportes en dinero para financiar raciones de alimentos que repartimos a distintas ollas comunes, campamentos y comedores solidarios, o como voluntario para ir a servir con cariño un plato de comida nutritiva.
Al día de hoy hemos repartido más de 650.000 raciones de comida y tenemos la capacidad para producir 1.500/2000 raciones diarias.
Elena Martínez-Iñiguez
directora ejecutiva de Núcleo Humanitario.